domingo, 11 de julio de 2010

LLENO DEL ESPÌRITU SANTO

Siete Aguas, 11 de enero de 2006

Os propongo vivir este día con Jesús, lleno de la fuerza del Espíritu (Lc,4,14)

De la humillación de Jesús en las aguas del Jordán, sumergiéndose en ellas como uno más de los pecadores, que se bautizaban para expresar su cambio de vida, con el deseo de adelantar la venida del Reino de Dios a este mundo (Lc 3,21-23), por una parte, y del combate contra el diablo en el desierto a donde fue conducido por el Espíritu para ser tentado (Lc 4,1-13), por otra parte, Jesús sale lleno de la Fuerza del Espíritu e inicia su ministerio apostólico (Lc 4,14-31).

Pasemos este día de hoy, con la satisfacción de contemplar a nuestro Señor, a mi Señor, a mi Maestro, a mi Rabbi, al Rabbuni, Maestro mío, a Jesús, el Hijo de Dios amado en el cual el Padre tiene sus complacencia, y el Espíritu lo llena de fuerza, y lo hace salir de esta crisis, aquilatado, como el oro en el crisol, lleno de la fuerza del Espíritu.

Personas llenas de la fuerza del Espíritu, son una gracia. Una verdadera gracia para el mundo, una fuente de reservas sobrenaturales que tienen mucho que dar en el mundo, en su mundo, en su historia, a sus contemporáneos y llegan a trascender más allá de su siglo… Así Jesús, así los santos, así los que caminamos tras sus huellas, así los que le admiran y le imitan. Disfrutemos de contemplar a Jesús para imitarlo. Como decía Kierkegaard, el mundo no necesita tanto admiradores cuanto imitadores.

Estamos en unos EE, en los que el Espíritu mismo que llenó a Jesús de fuerza nos quiere llenar de su fuerza también a nosotros. Nuestra vida a imitación de Cristo, tiene el derecho de atravesar por la experiencia de la dureza de la prueba, y como El tiene el derecho de salir de ellas llena de la fuerza del Espíritu.

Orando el pasaje de Lc 4,14-30, probablemente recogeremos como fruto, la convicción de que, siguiendo las huellas de Jesús, hemos sido también nosotros llamados, elegidos, diseñados para realizar un ministerio apostólico eficaz, en nuestros días. Meditándolo, comprenderemos como Dios, providencialmente, nos prepara para el ministerio de la Palabra, y como nos permite vivirlo, gozarlo, padecerlo, realizarlo, contando con la plenitud de sus gracias, y de su amor derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo (Rom 5,5).

  1. v.14: Habla con Jesús lleno de la fuerza del Espíritu, regresando a su tierra, Galilea de los gentiles, región del Norte del país, más rica, más comercial, menos ortodoxa que Judea. La Galilea de los paganos, menos “religiosa”, más abierta al extranjero, más moderna, más “influida por el paganismo romano, por la moda del siglo impuesta y dictada por el imperialismo romano. Habla con Jesús de su primer destino misionero: Vuelta a su país, tras un tiempo de discernimiento de su misión, un tiempo de conocimiento de lo que el Padre quería de El. Como es propio, Jesús, con toda una vida por delante, en la flor de la vida, en lo mejor de sus años…

Lleno de la fuerza del Espíritu. En mí lo identifico con estos momentos en que te comerías el mundo, sientes el impulso de ser para los demás, de realizarte como una persona para los demás, eres capaz de emprender una tarea, tomar con seriedad un destino, tener en la mente y en el corazón proyectos que te llenan el corazón…

Lleno del Espíritu, porque el Espíritu te pone de pie, te impulsa a vivir tu misión, te da energía vital, alegría, gozo, paz, paciencia bondad, benignidad, fe, modestia, castidad… Te sientes de Dios, te sabes de Dios, te gozas en Dios, te entregas a El, te ofreces a El con tu “Hágase”, con tu “Heme aquí”, con tu disponibilidad total a sus planes. Uno con Dios. Lleno de Dios. Concorde con Dios.

Su fama se extendió por toda la comarca. De qué tenía fama Jesús. ¿qué se decía de ti? ¿famoso por qué? Te hemos visto tentado de tener fama y poder en el desierto, y no has sucumbido a esta tentación, de la fama, de los honores… También los santos son famosos, pero lo son porque no buscan la fama.

Se murió en la misma semana Lady Dy y Madre Teresa de Calcuta. A distancia de 8 días se celebraban dos funerales de Estado. Uno en Inglaterra, por una mujer que sin querer juzgar, aparentemente buscó lo que el mundo le ofrecía: Honores: Ser la esposa del príncipe… Más honor no cabía para una plebeya… Placeres: Probablemente no le llenó tanto su querido Carlos de Inglaterra… Riquezas… tuvo el accidente cuando estaba con uno de los árabes más ricos del mundo. Probablemente vivió bajo el espejismo de la felicidad prometida tras las riquezas, honores y placeres que Madre Teresa, rechazó bajo la imitación de Cristo, y siguiendo sus huellas de renunciar a ello, y ubicar su vida en los consejos evangélicos de pobreza, castidad y obediencia…

Se extendió su fama… Los santos se hacen famosos por su renuncia a la fama, por su libertad de lo caduco, por su vida divinizada, santificada por el Espíritu Santo. Me imagino a Jesús lleno del Espíritu Santo, con la santidad en su rostro, en sus gestos. Un joven adulto santo… famoso por su santidad… ¿cómo sería? Apetece hablar contigo, hacerte preguntas, observarte, contemplarte, imaginar lo referente a tu fama… hablar de ello contigo.

v. 15: Enseñaba en las sinagogas y todo el mundo hablaba bien de El. Enseñar. Los maestros de la Ley solían enseñar alrededor de sus 40 años. Jesús era más joven. Como prematuro, sobresaliente. Ya a sus doce años, en el Templo de Jerusalén, había llamado la atención de los doctores y maestros de la Ley (Lc 3,41-51). Para enseñar uno tiene que haber aprendido. Jesús enseñaba con autoridad, se dirá más adelante (Lc 4,32): Enseñaba a la gente, que estaba admirada de su enseñanza porque hablaba con autoridad. La autoridad de la vida, del testimonio, de dar a los demás lo que has aprendido en lo escondido. La autoridad de una vida contemplativa y oculta que avala tus palabras, y que las sustenta. La predicación llega a ser como la punta de un iceberg, que emerge en una proporción relativa a toda una inmensa masa sumergida. Me dijeron que de 16 partes se ve una. 1/16ava parte aflora. Lo que dices no es todo lo que sabes, ni todo lo que vives, es una parte de tanta riqueza y plenitud que Dios te da el poder vivir… Expresa tu enseñanza lo que a fuego lento y con el contacto con Dios has aprendido. Hablas con experiencia. Relatas tu experiencia, no para hablar de ti sino para sustentar con tu vida una verdad.

v. 16-17. Llegó a Nazaret, donde se había criado. Según su costumbre, entró en la sinagoga un sábado y se levantó para hacer la lectura. Le entregaron el libro del profeta Isaías, y al desenrollarlo, encontró el pasaje donde está escrito: (Is 42,1-7)

Es el poema del Siervo del Señor, un canto mesiánico que profetiza la misión del Mesías, como elegido: Este es mi siervo a quien sostengo, mi elegido en quien me complazco. He puesto sobre El mi Espíritu para que traiga la salvación a las naciones. Un mesianismo universal que tendrá que llevar a cabo el Mesías, dirigiéndose a los pueblos lejanos que anhelan su enseñanza. Un mesianismo realizado por alguien sobre el cual descansa el Espíritu, para proclamar fielmente la salvación sin desfallecer, sin desmayar, hasta implantarla en la tierra, pues los pueblos lejanos anhelan su enseñanza (Is 42,1-4) .

v. 18-19:

El Espíritu del Señor está sobre mi

Porque El me ha ungido para anunciar la buena noticia a los pobres

Me ha enviado a proclamar la liberación a los cautivos

Y dar la vista a los ciegos

A libertar a los oprimidos

Y a proclamar un año de gracia del Seño.

v. 20:

Después enrolló el libro, se lo dio al ayudante y se sentó.

Todos los que estaban en la sinagoga tenían sus ojos clavados en él.

Fijos los ojos en Jesús. (Hb 12,2)

Hoy se ha cumplido este pasaje…

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