domingo, 11 de julio de 2010

CONSOLACIÒN Y DESOLACIÒN

Dice San Ignacio de Loyola en el nº 254 que hay que pedir consolación.

Anotaciones nº 6: El que da los ejercicios, cuando siente que al que se ejercita no le vienen algunas mociones espirituales en su ánima, así como consolaciones o desolaciones, ni es agitado de varios espíritus, mucho le debe interrogar, acerca de los ejercicios, si los hace a sus tiempos destinados, y cómo.

Habla de consolación y desolación.

Nº 316: Llamo consolación cuando en el ánima se causa alguna moción interior, con la cual viene la ánima a inflamarse en amor de su Criador y Señor, y consecuenter, cuando ninguna cosa criada sobre la haz de la tierra, puede amar en sí sino en el Criador de todas ellas. Así mismo cuando lanza lágrimas motivas a amor de su Señor, agora, sea por el dolor de sus pecados o de la pasión de Cristo Nuestro Señor, o de otras cosas derechamente ordenadas en su servicio y alabanza. Finalmente llamo consolación todo aumento de fe, esperanza y caridad y toda Leticia interna que llama y atrae a las cosas celestiales, quietándola y pacificándola.

Nº 317: Llamo desolación todo lo contrario: así como oscuridad del anima, turbación en ella, moción a las cosas bajas y terrenas, inquietud de varias agitaciones y tentaciones, moviendo a “infidencia”, sin esperanza, sin amor, hallándose toda perezosa, tibia, triste y como separada de su Criador y Señor. Porque así como la consolación es contraria a la desolación, de la misma manera los pensamientos que salen de la consolación son contrarios a los pensamientos que salen de la desolación.

Consolatio mentis: Consolación de la mente

Se le abrieron los ojos de la mente. No tuvo una visión pero conoció y comprendió muchos principios de la vida interior y muchas cosas divinas y humanas. Es permanecer con el intelecto iluminado de tal manera que la persona tiene la impresión de ser otra persona.

Después de años recordaba todavía perfectamente su iluminación y afirmaba que si se perdiera la SE la hubiera reconstruido a partir de aquella intuición.

Todos tenemos mucha necesidad de consolación de la mente.

Consolatio cordis: Consolación del corazón

Consolatio vital: Consolación de la vida

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